jueves, 25 de abril de 2013

Cambios de nuestra rutina.




A cierta edad, nuestro organismo y nuestro cerebro se acomodan a la rutina. Esto hace entrar a muchas personas en un estado de abatimiento y  tristeza.

Para "remover" nuestro interior y que esto no ocurra es bueno adaptar, poco a poco, algunos cambios en nuestra vida.


Roger Walsh, profesor de psiquiatría y comportamiento humano de la Universidad de California en Irvine descubrió en un estudio realizado durante el 2010 que es buena para la salud física y mental hacer pequeños cambios en nuestra rutina diaria, para que nuestro organismo y nuestra mente funcionen adecuadamente.

Sin embargo por muy simples que parezcan los cambios a los que hace relación el estudio de Walsh, la parte complicada está en cómo traducimos estas nuevas formas de vivir al día a día más allá de la fuerza de gravedad que tiene nuestra rutina.

Uno de los consejos primordiales es un cambio en nuestra dieta, consumiendo más frutas y verduras y menos carnes rojas.

Hacer ejercicio mejora la sensación de bienestar, la perdida de la memoria en los mayores e incrementa la formación de neuronas en el cerebro.

Pasar tiempo en la naturaleza mejora las funciones cognitivas y el bienestar.

Cultivar buenas relaciones incluso reduce el riesgo de contraer un resfriado además de varias enfermedades mentales.

Recrearse y pasarlo bien, reir a menudo, disminuye las barreras que nos ponemos frente a otras personas.

Relajarse y administrar la tensión ayuda a tratar la ansiedad, el pánico y el insomnio.

Meditar mejora la empatía y la estabilidad emocional, reduce el estrés y el cansancio.

Involucrarse de manera espiritual o religiosa que se enfoque en el amor y el perdón promueve el bienestar y reduce la ansiedad.


Contribuir altruistamente aumenta la generosidad y el gozo puede beneficiar la salud mental y hasta quizás extender la vida.


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