"Evitemos la intimidad con aquellos cuyas costumbres sociales
sean diferentes a las nuestras. No se debe entrelazar la vida con la de hombres
o pueblos cuyo ideal está en desacuerdo con el nuestro. Cada hombre es un
arroyo. Cada hombre es un río. Y todos y cada uno deben seguir su curso,
límpidos y sin mácula, hasta tanto lleguen al mar de la Salvación, donde todos
habrán de mezclarse."
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