Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.
Soneto
de Lope de Vegas.
Lope de Vegas fue uno de los poetas y dramaturgos más
importantes del siglo de oro y el Barroco.
Escribió aproximadamente 3.000
poemas (3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos y varios
centenares de comedias) de los cuales Ir y quedase y con quedar partirse es
uno, escrito para una de sus amantes, Isabel de Urbina,
con la que contrajo más tarde, matrimonio.
( Isabel de Alderete y Urbina), hija del pintor del rey Diego de Urbina, se casaron el 10 de mayo de 1588 tras raptarla con su consentimiento.
( Isabel de Alderete y Urbina), hija del pintor del rey Diego de Urbina, se casaron el 10 de mayo de 1588 tras raptarla con su consentimiento.
En sus versos la llamó con el anagrama "Belisa".
Durante su vida, Lope de Vega fue un hombre harto aficionado
a los amoríos, que más de una vez le trajeron dificultades.
En total tuvo 15
hijos documentados entre legítimos e ilegítimos:
Con María de Aragón (llamada Marfisa en las obras de Lope),
hija de un panadero flamenco, llamado Jácome de Amberes, instalado en Madrid:
Manuela, al parecer la primogénita de toda su prole.
Bautizada el 2 de enero de 1581, falleció el 11 de agosto de 1585.
Tras el término de la relación, Marfisa se casa con un
flamenco en 1592 y fallece el 6 de septiembre de 1608.
Con Isabel Ampuero de Alderete Díaz de Rojas y Urbina
(conocida como Isabel de Alderete estando soltera, y como Isabel de Urbina al
casarse), su primera esposa, con la que contrae matrimonio por poderes el 10
de mayo de 1588, luego de haberla "raptado" de la casa paterna, aunque en realidad ella acepto irse voluntariamente:
Antonia, nacida probablemente en 1589, fallecida en 1594, al
parecer poco antes que su madre.
Teodora, nacida en noviembre de 1594, fallecida en la infancia
entre 1595 o 1596.
Isabel de Urbina muere en el parto de su segunda hija, en
noviembre de 1594.
Con Juana de Guardo, su segunda esposa desde el 25 de abril
de 1598. Hija de Antonio de Guardo, rico abastecedor de carne y pescado de
Madrid, se cree fue un matrimonio de conveniencia:
Jacinta, bautizada en Madrid el 26 de julio de 1599,
posiblemente fallecida en la infancia pues no hay más noticias de ella.
En una carta escrita a un amigo fechada el 14 de agosto de
1604, Lope anuncia que su mujer está por dar a luz.
En su testamento de 1627,
Lope nombra una hija, Juana, ya difunta.
Es probable, dado el nombre y las
fechas, que esta hija sea la criatura nacida de Lope y su esposa en agosto de
1604.
Carlos Félix, bautizado el 28 de marzo de 1606, por lo que
se cree nació el año anterior, en 1605.
Hijo predilecto de su padre, falleció
el 1 de junio de 1612, después de una enfermedad de varios meses.
El devastado
Lope le dedica una elegía publicada en las Rimas Sacras.
Feliciana, nacida el 4 de agosto de 1613. La única de la
descendencia legítima en sobrevivir a la infancia, se casó con Luis de
Usátegui, «oficial de la secretaría del Real Consejo de las Indias de la
provincia del Pirú», el 18 de diciembre de 1633.
Lope promete dotar a su hija
con ropas y dineros por valor de 5.000 ducados, de la herencia de sus abuelos
maternos.
Juana de Guardo muere nueve días después de dar a luz, el 13
de agosto de 1613, a causa de sobreparto. Lope no vuelve a casarse.
A
principios de marzo de 1614 recibe las órdenes menores en Madrid. El 12 de
marzo va a Toledo (se hospeda en casa de la actriz Jerónima de Burgos, con la
que sostuvo un romance), donde recibe el grado de clérigo de epístola y luego
el de Evangelio. El 25 de mayo, en Madrid, recibe el último grado de su
ordenación sacerdotal. El 29 de mayo dice su primera misa en la Iglesia del Carmen
Descalzo, en Madrid.
Con la actriz Micaela de Luján, casada con el actor Diego
Díaz, que se había ausentado al Perú, donde murió en 1603.
Madre de nueve
hijos, cinco de ellos por lo menos son de Lope, con el que sostuvo una relación
de cerca de quince años (posiblemente comenzada tras su segundo matrimonio,
alrededor de 1599), a pesar de otros amores fugaces:
Angela.
Mariana.
Félix, bautizado el 19 de octubre de 1603.
Marcela, bautizada el 8 de mayo de 1605.
En febrero de 1623
se consagra en el Convento de Trinitarias Descalzas, con el nombre de sor
Marcela de San Félix.
Lope describe la consagración en la Epístola a don
Francisco de Herrera Maldonado.
Lope Félix, nacido el 28 de enero de 1607.
Muchacho de
naturaleza díscola, es encerrado por su padre, debido a su mal comportamiento,
en el asilo de Nuestra Señora de los Desamparados, en 1617.
Con inclinaciones
literarias como su padre, al final se vuelve militar, muriendo en 1634 en un
naufragio en la costa de Venezuela, adonde había ido en una expedición para
pescar perlas.
Lope le dedicó una égloga piscatoria.
Con Marta de Nevares, (la Marcia Leonarda de las novelas, y
Amarilis de las poesías y cartas de Lope), nacida hacia 1591 y casada el 8 de
agosto de 1604 (contra su voluntad) con Roque Hernández de Ayala, comerciante,
del que pronto se separa.
Aficionada a la poesía y escribía versos, cantaba,
tañía y bailaba, era de buena conversación y prosa, y hasta tenía talento de
actriz (representó una comedia de Lope en su casa).
Sus relaciones, iniciadas alrededor
de septiembre de 1616, tuvieron como fruto una hija:
Antonia Clara (Clarilis), nacida el 12 de agosto de 1617. La
menor de toda su descendencia y la alegría de su vejez, se fuga del hogar
paterno el 17 de agosto de 1634 con don Cristóbal Tenorio, caballero de la
Orden de Santiago, un protegido del conde-duque de Olivares y ayuda de Cámara
de Su Majestad.
Lope nunca se recupera de este golpe.
Marta de Nevares queda ciega en 1622, y tiempo después
pierde la razón. Falleció al cuidado de Lope, en su casa, el 7 de abril de
1632. Tenía 41 años.
Esta fue la última relación significativa en la vida de
Lope de Vega.
Además de esta descendencia, Lope de Vega procreó otros dos
hijos de relaciones fugaces:
Fernando Pellicer, Fray Vicente, habido con una valenciana.
Fray Luis de la Madre de Dios, de madre desconocida.
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