"Viene por la calle Dueñas, en el atardecer, la cruz de
manguilla, y delante viene sonando, lastimera, antigua, tristona como la tarde,
la campanilla del muñidor de la Mortaja. Viene vestido de época, calzón y
media, casaca negra, y va marcando con las dos campanillas que en su mano lleva
unos ritmos medidos y ocultos, con una exacta cadencia que él sólo sabe. A
muchos suena a un tiempo antiguo la campanilla del muñidor. Otros hemos oído
muchas veces esa misma campana. Era la campana del muñidor de la Caridad.
Salían por Sevilla los asilados del Hospital del Señor San
Jorge con sus hopas azules, su cruz de manguilla también, dos faroles en alto
que rejillas de alambre en vez de vidrios tenían, de austeros y sobrios que los
quiso Miguel Mañara. Y delante, uno de ellos, con su sombrero negro de anchas
alas y copa redonda, llevaba una campanilla como la del muñidor de la Mortaja.
Así que ahora, que es Viernes Santo, que está atardeciendo, que viene la cruz de
manguilla de la Mortaja de la calle Dueñas, yo la oigo, Antonio Dubé de Luque,
y, como tú, no oigo a este muñidor, sino que resulta que vamos camino del
colegio, a la calle Guzmán el Bueno, y nos hemos encontrado con los viejos de
la Caridad que van por Sevilla, con una esportilla, pidiendo para un pobre al
que han de dar sepultura. O que es el entierro el que viene, con las andas
donde un paño azul con un encarnado corazón en llamas oculta al ataúd, que lo
llevan dos hombres de hopa y sombrero, cargado sobre las espaldas con unas
correas, asiendo de las manos las parihuelas, casi, casi igual, Antonio Dubé,
que esa camilla de la Cruz Roja que vemos entrar a la enfermería de la plaza de
los toros por la calle Antonia Díaz las tardes que hay corridas de noveles del
diario "Sevilla", que tú y yo hemos estado recortando cupones para
que pongan a un muchacho que apodera Elías el Barbero, Antonio Codeseda nos ha
dicho que se llama, y si lo ponen, nos va a regalar dos entradas de oficio para
que vayamos a verlo.
Oímos al muñidor de la Mortaja, Antonio, que no viene por la
calle Dueñas, sino que va todavía delante de un entierro de la Caridad, y que
pide "para un pobre Hombre que se ha de enterrar". Sevilla le da a su
Dios el rito de sus entierros, las túnicas de la Mortaja tienen mucho de hopa
de la Caridad, Pepe el de las Salesas dispuso el duelo pensando en el tranvía
del cementerio. g Pero es sólo a un Hombre al que entierra Sevilla este
atardecer, cuando la Mortaja viene por Dueñas? ¿No está enterrando acaso la
propia alegría de la Semana Santa? Suena la campanilla del muñidor y nos
anuncia, como en un cuadro de Mañara, que así pasa la gloria del mundo, de este
mundo al que llamamos Sevilla. Yo ahora, Antonio Dubé de Luque, tomo los
pinceles de Valdés Leal y con palabras te pinto el cuadro de la brevedad de la
vida, "ni más ni menos". De los geranios de la Hiniesta por el
Pumarejo, ¿qué se hizo? ¿Dónde están las aguas del río que miraban pasar La
Estrella? Secas están las flores de la Virgen de las Aguas. ¿Dónde suena la
banda de Tejera que iba detrás de la Virgen de Santa Cruz por la plaza de
Molviedro? Qué lejos queda, tiara, corona, cetro, el plumero de los armaos que
¿cuándo fue, ayer, anoche, esta mañana, hoy mismo?, veíamos altivos por la
Alameda de sus Césares... De aquella perfección del palio de las Cigarreras,
¿qué se hizo? ¿Dónde está el crujido del Calvario, dónde las flores de la
Virgen del Valle, dónde la plata del paso de Pasión, dónde
"Amargura"?
Oímos al muñidor de la Mortaja, Antonio Dubé, y es un reloj,
una clepsidra con agua del río de cofradía trianera, que nos va marcando el
tiempo que, irreparablemente, se escapa de las manos, en la larga tristeza de
esta tarde, en la larga nostalgia de los días.
Oímos al muñidor, Antonio Dubé, y no estamos oyendo que
traen a Cristo a enterrar, sino que estamos oyendo esta nuestra propia tristeza
de que habrá de pasar todo un año para que otra vez volvamos a sentir la
alegría sin fronteras del primer nazareno del Domingo de Ramos."
Antonio Burgos /
Recuadros de Semana Santa
Recogido en el libro "Sevilla en cien recuadros."