Si yo fuera dictador, establecería como principios fundamentales de la educación los siguientes: -Estimular la imaginación, no la memoria. -Nutrir las mentes jóvenes con intereses ideales y la alegría de vivir. -Cultivar el amor a la verdad, la amplitud de criterio y la objetividad. -Inculcar la idea básica de que en este universo todos somos interdependientes, y que el egoísmo es el mayor rechazo y negación de la vida.
El temple realza la belleza. Le comunica energía a la mujer cuando su juventud se desvanece. Una manera de conducirse, y una dosis de valor, disciplina, fortaleza e integridad contribuyen en gran medida a embellecer a una mujer.
Si hoy estuviese en tu calle… Si hoy yo viviese en tu pueblo… Entonces, sería más fácil querernos. Nos separan muchos valles, muchos montes, muchos cerros, las aguas de un gran océano y las dunas del desierto; nos separa la costumbre de un … ¿qué dirán si te quiero? No te rías cuando lleguen olas de mis sentimientos a tu playa. Guárdalas en tu recuerdo, arrúllalas en tus brazos y empápalas con tus besos. Mira que llegan sedientas con la sed de este desierto, donde me abraso, de día; donde, en las noches, te sueño; donde, de día, te adoro; donde en las noches, te anhelo; donde me falta tu abrazo y el sentirme prisionero de ese amor, que me repites y me incendia de deseos, y me hace salir, de noche, a buscarle al firmamento una estrella, solo mía, para bajarla del cielo; para ponerla tu nombre; para cubrirla de besos. La ola de mi cariño en la playa de tu seno inventaría espumas nuevas y un laberinto de dedos para acariciar la arena, dormida, de tu silencio. Solo, miradas ardientes para una lluvia de besos, para un mar todo dulzura, para una estancia en el cielo. Es tan triste este querer; este amar, desde tan lejos… Si hoy estuviese en tu calle… Si hoy yo viviese en tu pueblo… Entonces, podrías ser brisa amorosa en mi pelo, firmamento de mis ojos, dulce collar en mi cuello; una fuente de frescor para mi gran sed de besos, que se aumenta en la distancia con el calor del desierto; me agrieta la soledad en estos labios sedientos. Estoy en mitad de nada en este basto desierto y, si te buscan mis manos, en más soledad braceo. Sueño tu rada de amor para mi barco de besos. Pero es tan triste sentir tan lejanos nuestros suelos, tan distantes nuestras risas, tan ardientes los deseos… Solo nos queda habitar el nido de los recuerdos. Si hoy estuviese en tu calle… Si hoy yo viviese en tu pueblo… Entonces, sería muy fácil querernos.
No se engañe pensando que algún día lo tendrá todo. Nunca lo tendrá. Incluso desde el punto de vista de la psicología ésta es una expectativa falsa. Lo maravilloso del ser humano es su perpetuo anhelo de alcanzar las estrellas. Cuanto más tenemos, más deseamos y, por lo tanto, nunca llegamos a tenerlo todo.
La libertad consiste, entre otras cosas, en la facultad de ser ordinario: vivir y amar, formar una familia, ir a trabajar, cultivar flores, leer novelas, y hacer todo lo que cada cual elige cuando se le permita elegir. La vida humana y los anhelos humanos son preciosos. La religión el arte y la ciencia florecen mejor en una sociedad libre.