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jueves, 25 de abril de 2013

José de Espronceda





Con diez cañones por banda,
 viento en popa a toda vela,
 no corta el mar, sino vuela,

 un velero bergantín;
 bajel pirata que llaman
 por su bravura el Temido
 en todo el mar conocido
 del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
 en la lona gime el viento
 y alza en blando movimiento
 olas de plata y azul;
 y ve el capitán pirata,
 cantando alegre en la popa,
 Asia a un lado, al otro Europa,
 Y allá a su frente Estambúl:
-Navega, velero mío,
 sin temor
 que ni enemigo navío,
 ni tormenta, ni bonanza
 tu rumbo a torcer alcanza,
 ni a sujetar tu valor.



Veinte presas
 hemos hecho
 a despecho
 del inglés
 y han rendido
 sus pendones
 cien naciones
 a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
 que es mi Dios la libertad;
 mi ley, la fuerza y el viento;
 mi única patria, la mar.

Allá muevan feroz guerra
 ciegos reyes
 por un palmo más de tierra,
 que yo tengo aquí por mío
 cuanto abarca el mar bravío
 a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa
 sea cualquiera,
 ni bandera
 de esplendor,
 que no sienta
 mi derecho
 y dé pecho
 a mi valor

Que es mi barco mi tesoro,
 que es mi Dios la libertad;
 mi ley, la fuerza y el viento;
 mi única patria, la mar.

A la voz de ¡barco viene!,
 es de ver
 cómo vira y se previene
 a todo trapo a escapar:
 que yo soy el rey del mar
 y mi furia es de temer.


 En las presas
 yo divido
 lo cogido
 por igual:
 sólo quiero
 por riqueza
 la belleza
 sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
 que es mi Dios la libertad;
 mi ley, la fuerza y el viento;
 mi única patria, la mar.
 ¡Sentenciado estoy a muerte!
 Yo me río:
 no me abandone la suerte,
 y al mismo que me condena
 colgaré de alguna antena
 quizá en su propio navío.

Y si caigo,
 ¿qué es la vida?
 Por perdida
 ya la di
 cuando el yugo
 del esclavo
 como un bravo sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
 que es mi Dios la libertad;
 mi ley, la fuerza y el viento;
 mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
 aquilones,
 el estrépito y temblor
 de los cables sacudidos
 del negro mar los bramidos
 y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
 al son violento,
 y del viento,
 al rebramar,
 yo me duermo
 sosegado,
 arrullado
 por el mar.


 Que es mi barco mi tesoro,
 que es mi Dios la libertad;
 mi ley, la fuerza y el viento;
 mi única patria, la mar.








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