Cómo llenarte, soledad,
Sino contigo misma.
De niño, entre las
pobres guaridas de la tierra,
Quieto en ángulo
oscuro,
Buscaba en ti,
encendida guirnalda,
Mis auroras futuras y
furtivos nocturnos,
Y en ti los
vislumbraba,
Naturales y exactos,
también libres y fieles,
A semejanza mía,
A semejanza tuya,
eterna soledad.
Fui luz serena y anhelo desbocado,
Y en la lluvia
sombría o en el sol evidente
Quería una verdad que
a ti te traicionase,
Olvidando en mi afán
Cómo las alas
fugitivas su propia nube crean.
Y al velarse a mis ojos
Con nubes sobre nubes
de otoño desbordado
La luz de aquellos
días en ti misma entrevistos,
Te negué por bien
poco;
Por menudos amores ni
ciertos ni fingidos,
Por quietas amistades
de sillón y de gesto,
Por un nombre de
reducida cola en un mundo fantasma,
En bocas de mentira y
palabras de hielo.
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
Que yo fui,
Que yo mismo manché
con aquellas juveniles traiciones;
Por ti me encuentro
ahora, constelados hallazgos,
Limpios de otro
deseo,
El sol, mi dios, la
noche rumorosa,
La lluvia, intimidad
de siempre,
El bosque y su
alentar pagano,
El mar, el mar como
su nombre hermoso;
Y sobre todos ellos,
Cuerpo oscuro y
esbelto,
Te encuentro a ti,
tú, soledad tan mía,
Y tú me das fuerza y
debilidad
Como al ave cansada
los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
Oigo sus oscuras
imprecaciones,
Contemplo sus blancas
caricias;
Y erguido desde cuna
vigilante
Soy en la noche un
diamante que gira advirtiendo a los hombres,
Por quienes vivo, aun
cuando no los vea;
Y así, lejos de
ellos,
Ya olvidados sus
nombres, los amo en muchedumbres,
Roncas y violentas
como el mar, mi morada,
Puras ante la espera
de una revolución ardiente
O rendidas y dóciles,
como el mar sabe serlo
Cuando toca la llora
de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria,
Transparente pasión,
mi soledad de siempre,
Eres inmenso abrazo;
El sol, el mar,
La oscuridad, la
estepa,
El hombre y su deseo,
La airada
muchedumbre,
¿Qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
En ti, mi soledad,
los amo ahora.
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