Nació en un puebo de Málaga, España, Macharaviaya (caserío de Benaque), el día 3 de diciembre de 1857.
Fue periodista y poeta precursor del Modernismo Ibérico.
Hijo de jornaleros, tuvo una formación autodidacta, así él mismo nos cuenta:
"Aunque de niño en mi casa pobre yo no servía más que para vagar a todas horas por los campos, pretendiendo descifrar los profundos misterios y las grandes maravillas, mi padre siempre me amparó por desgraciado y me tuvo un sitio en su corazón.
Aprendí administración de las hormigas; música, oyendo los aguaceros; escultura buscando parecido a los seres en las líneas de las rocas; color, en la luz; poesía, en toda la naturaleza".
Fue estudiante de latín, monaguillo, jornalero, guantero, carpintero, droguero, corredor de guías del puerto de Málaga, pirotécnico y oficial primero del Cuerpo facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos.
En Madrid trabajó en la “Gaceta de Madrid”.
Escritor muy fecundo, es autor de novelas y relatos costumbristas de ambiente andaluz como “El patio andaluz” (1886), “El cielo alegre” (1887), “El gusano de luz” (1889), “La reja” (1900), idilios poéticos y obras teatrales.
Su obra poética se inició en 1880 con “Renglones cortos” (1883) y siguió con “Noventa estrofas”.
Junto con Manuel Reina, Manuel Machado, Francisco Villaespesa o el joven Juan Ramón Jiménez, será uno de los pocos representantes de este movimiento en España.
Sus libros poéticos de madurez son “Piedras preciosas” (1900), “Fuentes de salud” (1906), “Trompetas de órgano” (1903) y “Lenguas de fuego” (1908).
En 1928 aparece “Antología poética” y en 1957 su obra póstuma “Claves y símbolos”.
Su poesía fue muy bien acogida en Hispanoamérica y allí marchó el poeta, que agradeció la hospitalidad en su poema "El milagro de América" (1929).
Rueda fue solemnemente coronado en La Habana en 1910.
Regresó sin embargo a Málaga, donde vivió modestamente en una casa cerca del Alcazaba; cayó enfermo en marzo de 1933 y murió el 1 de abril de ese mismo año.
"Esa es Málaga la bella
paraíso en que nací;
entre sus luces viví
y mi sér formóse en ella.
Dios quiso al crear mi estrella
darme la vida en su ambiente,
y llevo fijo en mi mente
su nombre que tanto quiero,
cual si llevara un lucero
en la mitad de la frente.
Ved su ambiente ¡qué alegría!
ved su Puerto ¡qué grandeza!
ved sus campos ¡qué belleza!
ved su cielo ¡qué poesía!
ved sus aves ¡qué armonía!
ved sus calles ¡qué graciosas!
ved sus jardines ¡qué rosas!
ved sus coplas ¡qué ternura!
ved sus hombres ¡qué bravura!
ved sus mujeres ¡qué hermosas!"
Fragmento del Poema a Málaga del magnifico poeta de la
Axarquía, Salvador Rueda, sin duda uno de los mejores Poetas que ha dado esta
tierra malagueña.
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