...Nació una tarde de domingo, había tormenta. A las cinco en punto de una tarde lluviosa y gris.
Quizás por eso siempre le gustaron ese días, ver en el cielo rayos y relámpagos y oir ese sonido tan estremecedor. Se maravillaba al verlos y oírlos, pero no por miedo, ella jamás lo tuvo, si no más bien de emoción, de sentirse parte del Universo...
Lu B. M.
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