Sabed que los océanos eternos
están de nuestra parte, aunque esta noche
la marea y los vientos hayan dado
en jugar con nosotros.
Pues son los elementos, no la guerra,
los que nos amenazan, bienvenida
sea la descortesía del destino...
por ella se verá que en estos tiempos
de aflicción y de lucha vale más
la partida que aquellos que juegan,
que el barco es más valioso que la tripulación.
Entre la niebla y las tinieblas vemos
el débil resplandor de las olas que pasan,
es como si estas aguas inconscientes tuvieran
un alma, o como si se hubieran conjurado
contra nuestra bandera, buscando sepultarlas.
Bienvenida, por tanto,
sea la descortesía del destino,
por ella se verá que en otros tiempos
la aflicción vale más
la partida que aquellos que la juegan,
y el barco, más que la tripulación.
Sabed que aunque las olas y los vientos
todavía nos tengan guardado lo peor,
nada nos moverá
de los puestos que nos han asignado,
y mientras nuestras proas chorreantes reprenden
la atropellada marcha de las olas
damos la bienvenida
a la descortesía del destino,
que deja claro como en estos tiempos
la lucha y la aflicción
vale más la partida que aquellos que la juegan
y el barco, más que la tripulación.
Da igual que las cubiertas sean barridas
por las aguas, que cedan mástiles y cuadernas
de todas nuestras pérdidas
sacaremos provecho, si no retrocedemos.
Así, que, entre estos diablos y nuestro mar, dejemos
que educadas trompetas le den la bienvenida
a la descortesía del destino,
por ella se verá que en estos tiempos
de resistencia y lucha vale más
la partida que aquellos que la juegan,
y el barco, más que la tripulación.
Y cuando no podamos hacer otra
cosa sino el momento y
el lugar esperar
y el "sálvese quien pueda", hasta entonces
siguen en pie las órdenes, es nuestro
deber permanecer en
nuestros puestos
y dar la bienvenida
a esta descortesía del destino,
por ella queda claro
que en estos tiempos de aflicción,
y también en los de victoria,
el juego vale más que los que juegan
y el barco es más valioso que la tripulación.
Rudyard Kipling.
(Fotografías - El buque escuela Juan Sebastián de Elcano es un
bergantín-goleta de la Armada Española.)
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