Fue una “gran” mujer, esclava de los Estados Unidos.
A pesar
de ser pequeña y menuda y de pasar toda su vida adulta enferma a causa de las
palizas y trabajos a los que fue sometida durante su niñez, fue capaz de
escapar y dedicarse en alma y vida por abolir la esclavitud.
Harriet no recibió educación de ningún tipo.
Con solo cinco años
ya trabajaba de criada y niñera.
La mujer de uno de los varios amos que tuvo, la tenía trabajando durante
el día y por la noche debía vigilar que ninguno de los hijos lloraran.
Por su
condición de esclava pasó por toda clase de experiencia traumáticas y
humillantes.
Harriet, es la primera de la izquierda, con un grupo de familiares ya en su propia casa sobre 1.887.
Harriet Tubman fue una luchadora por la libertad de los
afroamericanos durante la Guerra Civil estadounidense. A final de los años
cincuenta había conseguido rescatar a casi trescientas personas de la
esclavitud y en 1857 llevó a cabo uno de sus rescates más importantes, el de
sus propios padres.
Durante la década de
1850 su fama creció entre los abolicionistas.
Viajó a Nueva Inglaterra, donde
conoció a Ralph Waldo Emerson, a Frederick Douglass, a Gerrit Smith y a Thomas
W. Higginson.
En 1857 otro
partidario de la causa abolicionista, el senador por Nueva York y Secretario de
Estado William Seward, le vendió en condiciones muy favorables la tierra para
construirse su casa. Estaba situada en Auburn, en el estado de Nueva York.
A pesar de su pobreza y de su analfabetismo, dedicó su
tiempo a obtener dinero para la educación de los antiguos esclavos, reunió ropa
para los niños pobres y ayudó a los ancianos incapacitados para el trabajo,
incluso los acogió en su propia casa.
Con la ayuda de la Iglesia Episcopal y Metodista Africana de
Auburn, se abriría en 1908 en la misma ciudad la Casa Harriet Tubman, que
acogería a ancianos e indigentes de color.
Durante el período posterior a la guerra, Tubman estuvo
también activa trabajando en los derechos de la mujer e intentando conseguir el
sufragio universal.
Para ello colaboró con Susan B. Anthony y otras feministas.
Su fama había llegado en esa época hasta Europa, e incluso
la reina Victoria le envió un presente y la invitó a pasar una temporada en
Inglaterra.
Falleció en Auburn el 10 de marzo de 1913, y el ejército le rindió
honores en un entierro de carácter militar.
Al año siguiente, la
ciudad de Auburn le dedicó un monumento en el jardín del Palacio de Justicia
del Condado.
Fue ampliamente conocida y respetada durante su vida,
convirtiéndose en un icono americano en los años posteriores a su muerte.
Una
encuesta realizada a finales del siglo XX la situaban en tercer lugar como una
de las personas más famosas de la historia americana.
Ha inspirado a generaciones de afroamericanos a luchar por la
igualdad y por los derechos civiles; siendo elogiada por políticos de todas las
ideologías.
Docenas de estudiantes fueron llamados Harriet en su
honor, y tanto la casa de Harriet Tubman en Auburn como el museo Tubman en
Cambridge se convirtieron en monumentos a su persona y su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario