Doblada en dos.
Quiero tocar el viento
desde el vértice erguido
donde posan las águilas.
Quiero tocar el viento
y el humo de la niebla.
Y pespuntear las nubes
con la pálida hebra
de los pensamientos finales.
Quiero tocar el viento
que apura a las golondrinas
hacia los aires azulados.
Y estirarme hasta la luz
detrás de los sollozos.
Doblada en dos,
quiero tocar el viento.
Debe tener la misma
suavidad de la muerte
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