Son las tres.
Son las tres; va a venir; me ha prometido
pasar toda la tarde junto a mí;
todo la espera...el cuarto perfumado
cual árabe pénsil,
entornado el balcón, la chimenea
rebosando de leña que, al crujir,
producen sones que al amor convidan;
abierto el piano; el vals en el atril,
las azucenas esparciendo aromas,
vertiendo esencia el temblador jazmín.
¡ Que lento pasa el tiempo! ¡Oh, lluvia grata!
Coro de besos me parece oír
bendita la carencia cariñosa
que nos arrulla así.
Me late el corazón. ¿Será que llega?...
La seda oigo crujir...
y resuenan sus pasos temerosos...
se acerca...¡ ya está aquí!
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