Para vestirte de hojas seré enredadera.
Subiré por tus piernas, recorreré tus hombros
y al llegar a tu cuello
te rozará mi dulzura para que no presientas
que cercarte el respiro y la sangre
será lo que intente mi amor.
Con tanto vivir como llevo
ahora me empuja esta sed
de hacerme tu enredadera.
De colmarte en verdor que no se apague.
Y cuando despiertes
cerca de mi pecho ante mis ojos,
columna ya serás entre las hojas
que asombrado cubrirá el sol.
Carmen Conde
No hay comentarios:
Publicar un comentario