Las mujeres maltratadas
muchas veces somos “carne de cañón” estamos faltas de cariño, de reconocimiento,
tan faltas de amor…que parecemos perritos abandonado en la cuneta esperando que
pase el primero que nos diga, ven, y allá vamos meneando la colita y lamiendo
sin fijarnos como es esa persona. Mucho cuidado si no queremos salir de nuevo lastimadas.
Cuando tengas dolor de corazón, cuando estés recién abatida, revístete de
fortaleza, de poderío. Disimula ese dolor hasta que de verdad estés fuerte y
preparada otra vez para entrar a batallar. Hay muchísimas personas de buen
corazón, pero tan bien las hay malvadas. Y por desgracia ni unas ni otras
llevan un cartelito en la frente de a qué grupo pertenecen.
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