Si pudiéramos cambiar
la mentira por la verdad,
el recibir por el dar,
el odio por el perdón,
la duda por la fé,
la envidia por la aceptación,
la intolerancia por la paciencia,
la dureza por la flexibilidad,
el miedo por el coraje,
el desistir por el perseverar,
las palabras de más por la prudencia,
la soberbia por la humildad,
la burla por la piedad,
el conformarse por el progresar,
el ocio por el trabajo,
los sueños por su realización,
la ambición desmedida por el honor...
Si pudiéramos cambiar esto,
sentiríamos más cerca que nunca
la presencia de Dios en nuestra vida.
Con todo mi cariño .
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