Tres velocidades.
El matrimonio se parece a un automóvil de tres velocidades.
Las velocidades son: afecto, amistad y amor.
No conviene forzar la transmisión y pasar directamente la tercera.
Es preciso avanzar poco a poco.
El fundamento del amor es el respeto, y este se adquiere a través del afecto y la amistad.
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