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jueves, 1 de enero de 2015

MAMA SE VA A LA CAMA




 Mamá y Papá estaban mirando la televisión cuando
Mamá dijo "estoy cansada, es tarde, me voy a la cama".
Fue a la cocina a preparar los bocadillos para el día siguiente.
Puso en remojo los recipientes de las palomitas.

Sacó la carne del congelador para la cena
del día siguiente, controló si quedaban
bastantes cereales, llenó el azucarero,
puso las cucharitas y los cuencos del desayuno
en la mesa y dejó preparada la cafetera.

Puso la ropa húmeda en la secadora,
la ropa sucia en la lavadora, planchó
una camisa y cosió un botón, recogió
los juguetes, puso a cargar el teléfono y
guardó la guía telefónica. Regó las plantas,
ató la bolsa de basura y tendió una toalla.
Bostezó, se desperezó y se fué al dormitorio
Se paró un momento para escribir una nota
a la maestra, contó el dinero para la excursión
y cogió un libro que estaba debajo de la silla.

Firmó una felicitación para un amigo y
escribió la dirección en el sobre,
escribió una nota para el charcutero y
colocó todo junto a su bolso.
Mamá a continuación se lavó la cara
con las toallitas, se puso crema antiarrugas,
se lavó los dientes y las uñas.
Papá gritó "pensaba que te estabas
yendo a la cama".
"Estoy yendo", dijo ella.
Puso un poco de agua en el bebedero
del perro y sacó el gato al balcón
cerró la puerta con llave y
apagó la luz de la entrada.

Dio una ojeada a los niños, les apagó
las luces y la televisión, recogió
una camiseta, tiró los calcetines
a la cesta de ropa y habló con uno de
ellos que estaba todavía haciendo los deberes.
En su habitación puso el despertador,
preparó la ropa para el día siguiente,
ordenó mínimamente el zapatero.

Añadió tres cosas a las seis de la lista
de las cosas urgentes, dijo sus oraciones
y visualizó el alcanzar sus propios objetivos.
En ese momento, Papá apagó la televisión
y anunció "me voy a la cama".
Y lo hizo, sin otros pensamientos.
¿Nada extraordinario?
¿Os preguntáis por qué las mujeres
viven más tiempo? Porque están hechas
para los largos recorridos y,
no se pueden morir antes,
tienen demasiadas cosas que hacer

Comparte este relato a otras mujeres,
lo apreciarán, y a algunos hombres
que tengan la inteligencia de
poder apreciarlo.

Después... ¡vete a la cama!

La primera vez que leí esto, hace ya años, parecía que estaba viendo a mi madre. Hoy, a mi edad, y después de muchos años vividos, al volverlo a leer, ya no solo la veo a ella, también me veo a mí misma y a millones de mujeres. Después de oír hablar hasta la saciedad de la "liberación" de la mujer y de la repartición de tareas en los hogares, esta mujer sigue existiendo...gracias a Dios, porque si así no fuera, que sería del gato, de los calcetines, de las luces y de mil detalles más. Somos imprescindibles, creéroslo, es así. Si faltamos por el motivo que sea, nos tienen que reemplazar, pero no por una máquina, ni por un robot...siempre será por una MUJER.


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