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sábado, 20 de abril de 2013

Orden.





Pon orden en tu vida, en tu trabajo, en tu corazón y en tu cabeza.

Dedica tiempo a la familia, con este ejemplo, todos aprenderán que ordenas tu vida de acuerdo a tus responsabilidades, dando a los tuyos la prioridad que les corresponde.

- Lleva una vida espiritual de acuerdo a los preceptos de tu religión, son normas de conducta que facilitan y hacen nuestra vida mejor.

- Planea tus gastos.

- Distribuye tu tiempo, así serás puntual, cumplirás según lo previsto y tu persona adquiere formalidad.

- Cuida tu persona por dentro y por fuera: Conserva un buen aspecto personal aún los fines de semana y en temporada de vacaciones; establece un horario fijo para el descanso y los alimentos.

- Da un correcto uso a las cosas y serán más
durables; igualmente procura la limpieza y cuidado de todo, máxime si es prestado.

Es tan importante en todos los aspectos de la vida el valor del orden que vale la pena el esfuerzo por cultivarlo: formalidad, eficacia, pulcritud, cuidado... El valor del orden puede cambiar significativamente nuestras vidas, pero aún más importante, la vida de quienes nos rodean.



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