Pon orden en tu vida, en tu trabajo, en tu corazón y en
tu cabeza.
Dedica tiempo a la familia, con este ejemplo, todos
aprenderán que ordenas tu vida de acuerdo a tus responsabilidades, dando a los
tuyos la prioridad que les corresponde.
- Lleva una vida espiritual de acuerdo a los preceptos de tu
religión, son normas de conducta que facilitan y hacen nuestra vida mejor.
- Planea tus gastos.
- Distribuye tu tiempo, así serás puntual, cumplirás según
lo previsto y tu persona adquiere formalidad.
- Cuida tu persona por dentro y por fuera: Conserva un buen
aspecto personal aún los fines de semana y en temporada de vacaciones;
establece un horario fijo para el descanso y los alimentos.
- Da un correcto uso a las cosas y serán más
durables; igualmente procura la limpieza y cuidado de todo, máxime si es prestado.
durables; igualmente procura la limpieza y cuidado de todo, máxime si es prestado.
Es tan importante en todos los aspectos de la vida el valor
del orden que vale la pena el esfuerzo por cultivarlo: formalidad, eficacia,
pulcritud, cuidado... El valor del orden puede cambiar significativamente
nuestras vidas, pero aún más importante, la vida de quienes nos rodean.
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