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jueves, 3 de octubre de 2013

El ajo.





El ajo, es considerado, uno de los vegetales curativos, más importantes.

Ayuda a prevenir y curar todas las enfermedades de las vías respiratorias.

Ayuda a quienes padecen de ácido úrico y actúa como protector en la calcificación de las arterias.

 Previene la hipertensión y la mala circulación, ya que tiene una acción hipotensora.

Contiene propiedades anti-inflamatorias, por lo que ayuda a disminuir la hinchazón articular provocada por la artritis.

 En los casos de Artritis Reumatoide puede ser particularmente benéfico, debido a que el ajo trabaja estimulando el sistema inmunológico,  mejora la circulación y el flujo sanguíneo.

 El ajo también contiene  selenio, un antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres, que pueden dañar las articulaciones.

Tiene un alto contenido de fósforo y de azufre, por eso se destaca como un sedante especial para los nervios.

Aconsejan comerlo crudo ya que cocido pierde más del 90% de su efectividad.


Por su contenido en azufre,  juega un papel esencial en la producción de colágeno que sirve
para formar el cartílago, que amortigua las articulaciones.

Reduce el dolor muscular y articular, produciendo un efecto analgésico anti-inflamatorio de las articulaciones afectadas. 

Es muy recomendable como desinfectante, por lo tanto en caso de picarnos algún insecto extraño, podemos frotarnos con ajo crudo.

El órgano que más se beneficia con el ajo crudo, es el corazón.
 Si tenemos en cuenta, que el ajo, es el gran purificador de la sangre, sacaremos como consecuencia que también es el gran fortalecedor del corazón.

Te recomendamos consultar a tu médico antes de comenzar a consumirlo como un remedio, pues cuando se come en grandes cantidades puede generar reacciones secundarias como ardor de estómago, sangrado o sarpullido en la piel.






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