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miércoles, 8 de enero de 2014

Ernesto Sabato.





Ernesto Sabato fue un escritor, ensayista, físico y pintor argentino. 
Ha escrito ensayos sobre la condición humana.


Nació en Argentina, en Rojas, el 24 de junio de 1911.

Sus padres eran inmigrantes italianos provenientes de Calabria.

El décimo hijo de once, nació poco tiempo después de la muerte de su noveno hermano, Ernestito, por lo que él lleva su nombre.
En una ocasión durante una entrevista dijo: «Mi padre era severísimo y yo le tenía terror, mi madre me escondía debajo de la cama matrimonial para evitarme un castigo»

En 1933 fue elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista.
 Y en un curso sobre marxismo conoció a Matilde Kusminsky Richter, una estudiante de 17 años, la cual abandonó la casa de sus padres para ir a vivir con él.

Tuvieron dos hijos, Jorge Federico Sabato (1938-1995) y Mario Sabato (1945-)

En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre la dictadura de Iósif Stalin. 
El partido, que advirtió este cambio, decidió enviarlo por dos años a las Escuelas Leninistas de Moscú, en donde, según las palabras de Sabato:
Era un lugar en donde uno se curaba o terminaba en un gulag o en un hospital psiquiátrico.

En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura.

Definió a la ciencia como amoral porque «llevaría al mundo hacia el desastre». 
Se instaló entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.

Su manera de exponer ideas y conceptos, su facilidad retórica y la sapiencia a la hora de introducirse en la psicología de los individuos, lo erigieron en una de las grandes plumas de su tiempo y de su país.

Murió en Santos Lugares, el 30 de abril de 2011.
Los medios de prensa definieron de inmediato el fallecimiento de Sabato como el de una figura que sobrepasó la literatura para convertirse en ícono del regreso democrático en la Argentina. 

En su portada digital del 30 de abril, el periódico «El País» (Madrid) lo llamó «último clásico de las letras argentinas» y el periódico «El Mundo» (Madrid) lo tituló «el último superviviente de los escritores con mayúscula de la Argentina»

En las redes sociales se reiteraron rápidamente los mensajes relacionados con vivencias, recuerdos y frases del escritor. 
La más registrada y reproducida pocos minutos después de su muerte fue su oración: 
«La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse»







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